domingo, enero 29, 2006

Una venta poco higiénica

¿Compraría usted en esta carnicería?




Cuando compramos ciertos alimentos esperamos que existan unas mínimas condiciones higiénicas. Así, estamos acostumbrados a que la carne esté detrás de un mostrador, protegida por vidrios y refrigerada, para garantizar su conservación y evitar los contactos con el producto.

Entonces, ¿por qué aceptamos como algo normal que los pescados y mariscos estén sumergidos en chorreante hielo, y sin ninguna separación entre el cliente y ellos?

Esta forma de presentar los pescados está tan incrustada en nuestra cultura que no percibimos su falta de higiene, ni la suciedad que genera (Que levanten la mano quienes han resbalado en el húmedo suelo de las pescaderías en un mercado español).


El pescado es un producto perecedero como otro más: existe la tecnología para preservarlo (neveras, cámaras frigoríficas...) y los medios para venderlo de forma higiénica. Sólo la ceguera de la costumbre nos impide ver lo absurdo e insalubre de esta forma de venta.

Incitador del comentario: encantadísimo (no tiene ninguna culpa del texto)
Autor de la foto de la carnicería (uso público): canaconaman
Autor de la foto de la pescadería (bajo licencia Creative Commons): Sarah Knautia

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viernes, enero 27, 2006

Propietarios que son parásitos de sus tiendas

Imagínese una panadería o una pastelería. Traspase su puerta y entre. Es sábado por la mañana, está llena de personas que esperan su turno mientras un par de empleados seleccionan los panes, cortan porciones de pastel y envuelven el desayuno de esos ruidosos “enanítos” que ha visto jugar frente al establecimiento.

Ahora mire hacia atrás, al lado de la puerta, sentada en un taburete alto y protegida por la caja registradora, una persona espera que usted haga su compra y le pague a ella. Esa persona es “el propietario” a veces “el encargado”: la única persona capacitada para tocar el dinero de los clientes de la tienda.

Este modelo de tienda aún perdura en pequeños comercios. Y a menudo es un excelente indicador de cuales son las tiendas que acabarán bajando para siempre sus persianas.

Los propietarios de estas tiendas acostumbran a tener unas ideas muy claras:
· Su tarea sólo consiste en “vigilar” a sus empleados y al negocio. En ese orden.
· Sus empleados no son de confianza. Él es el único que puede manejar el dinero.
· El negocio no va demasiado bien por culpa de la incompetencia de sus empleados.
· Los clientes tienen suerte de que él les trata con una amabilidad que compensa el perenne mal humor de su personal.

Y mientras tanto los clientes cada vez toleran menos la arrogancia de estos propietarios que, sin hacer nada para aliviar su espera, les observan mientras ellos pierden el tiempo haciendo cola

Y también cada vez menos regresarán a esas tiendas en las que empleados desmotivados, sin formación, sin ilusión por su trabajo, les atienden a desgana.

Esta forma de gestionar las tiendas responde a un modelo del pasado. El cliente actual esta acostumbrado a recibir en las tiendas algo más que productos a cambio de su dinero. Espera atención, conocimiento del artículo, profesionalidad....

El cliente actual cuando entra en una tienda de este tipo, se pregunta que parte de su dinero se destina a pagar a esa persona inútil que se dedica a vigilar y controlar. Y a menudo decide que prefiere que su dinero se destine a personas que realmente trabajan y defienden su negocio.

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domingo, enero 22, 2006

Producir para seguir vendiendo

En un reciente post aludía a como las grandes cadenas de hipermercados acababan con sus competidores gracias a que pueden transferir costes entre las diferentes líneas de productos que venden. Y ponía como ejemplo el caso de las jugueterías.

Barruguet es una tienda de juguetes que consigue mantenerse en el mercado y además crecer, gracias a una estrategia peculiar: Diseñar y producir sus propias gamas de juguetes, ofrecer artículos de alta calidad y no vender los que se anuncian en televisión.

Con esta estrategia consigue una clientela adepta que busca juguetes de calidad, inmunes a las modas pasajeras. Además deja de depender de las políticas agresivas de los canales de distribución de los juguetes promocionados en televisión, y al vender productos distintos de los de los hipermercados se vuelve inmune a las políticas de bajos precios de éstos. Un técnico diría que ha conseguido su nicho de mercado.

El diseño de juguetes propios, que comenzó como algo anecdótico, se ha convertido en una importante fuente de ingresos de Barruget, que ha dado lugar a una empresa especializada:
Barrutoys.

Barruguet sólo tiene dos establecimientos: En Barcelona y Terrassa, pero es un buen ejemplo de como con imaginación el pequeño comercio puede luchar por su subsistencia, y ganar.

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Comentarios previos sobre este tema: Competencia para matar al pequeño comercio

martes, enero 17, 2006

¿Sus clientes saben que es lo que usted vende?

Muchas veces al mirar un escaparate no he sabido que es lo que estaba viendo. En el de la fotografía veo quesos, ¿pero de que tipo? ¿son cremosos o secos? ¿de leche de oveja, de cabra o de vaca? ¿ o una mezcla? ¿nacionales o de importación?....

Acostumbro a quedarme sin respuesta pues prefiero pasar de largo antes que entrar en la tienda y esperar a que me atiendan, sólo para saber que es lo que están vendiendo.

Cuando un posible cliente se hace estas preguntas y no tiene las respuestas al momento estamos perdiendo oportunidades de vender.

Este mismo mostrador atraería a más clientes si cada queso tuviese un pequeño rótulo con sus características. Clientes que probablemente aceptarían esperar un poco para poder comprar un queso de Parma (Italia), un azul danés, o uno de oveja con dos años de curación.

El ejemplo es el de una tienda de alimentación, pero se puede extender a otros sectores: ropa, complementos del hogar, ferretería, electrónica....


La justificación habitual del comerciante es que “como mis clientes ya saben lo que quieren no vale la pena perder tiempo escribiendo carteles”. Si, sus clientes lo saben, porqué los que no lo saben han preferido no ser clientes suyos.


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martes, enero 10, 2006

Una promoción “insolita” del comercio local

Durante estas Navidades, la Asociación de Comerciantes de Menorca, (ASCOME) realizó un sorteo para promocionar el pequeño comercio. El premio consistía en 3.000 euros que el ganador debía gastar en comercios de un centro comercial, en tres horas como máximo, en un mínimo de 10 tiendas y llevando encima las compras.

¿Estas acciones ayudan al comercio local?, o a quienes las organizan: agencias de comunicación, publicidad, consultores....

Su coste tuvo que ser superior a los 3.000 € ( organización, carteles, material impreso, anuncios en prensa local, cupones, actos de entrega de premios...), pero sinceramente pienso que hay formas mejores de gastar el dinero para ayudar a las tiendas.

En otro
post ya comenté que los cheques regalo no son efectivos, pero aún entiendo menos esta promoción.


Encontrado en:
El Mundo – El Día
Copia del documento en:
De Tiendas - Documentos..

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Comentarios previos sobre este tema: Promoción del comercio urbano de una pequeña ciudad

miércoles, enero 04, 2006

Cierra una de las líbrerías más antiguas de Europa

Año 1760: el continente americano es una colonia europea, la incipiente clase burguesa vislumbra las posibilidades de las máquinas de vapor, en España reina Carlos III, Francia e Inglaterra están sumidas en la Guerra de los Siete Años... y en Tortosa abre la librería Viladrich.

Dos siglos y medio más tarde, el 31 de Diciembre del 2005, la Librería Viladrich bajó su persiana para siempre. En sus 245 años de vida había sobrevivido a guerras civiles, cambios culturales y económicos, revoluciones... para acabar muriendo por culpa de unas leyes del mercado sin sentimientos ni alma. Atrás quedan las actividades culturales, las tertulias literarias, el fomento de la bibliografía local... nada de esto continuará.

Sus propietarios hablan de la falta de cambio generacional y de la reducción del negocio por culpa de los cambios en la venta de libros de texto.... y de la competencia de grandes superficies y cooperativas (como
abacus )

Cuando una tienda como ésta cierra, desaparece una parte de nuestra historia. En palabras de su propietario “... se pierde un pedazo de la cultura de un pueblo”.

Me pregunto si el Estado no puede ayudar a conservar este tipo de establecimientos: comercios que, más allá de vender productos, forman parte del alma de las ciudades, de su cultura, de su historia. Especialmente cuando la Administración pública destina millones de euros a eventos intrascendentes, o dilapida en construcciones faraónicas el esfuerzo de sus ciudadanos. Pero en aras de la libre competencia es incapaz de evitar que estas pequeñas joyas de la cultura popular desaparezcan.

Encontrado en: La Vanguardia
Copia del documento en: De Tiendas - Documentos.

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Comentarios previos sobre este tema: Competencia para matar al pequeño comercioRazones para ayudar a las tiendas rurales - ¿Quién quiere trabajar en una tienda?

martes, enero 03, 2006

Competencia para matar al pequeño comercio

Todos los juguetes a precio de coste dice Carrefour (España) en su campaña de publicidad navideña

Asumo que la afirmación es cierta, pero no creo que Carrefour esté dejando de ganar beneficios por vender a precio de coste una parte de sus productos. Por tanto ¿dónde recupera ese margen que no obtiene en los juguetes?.

Una respuesta fácil sería la de que esta promoción sirve para atraer más clientes al centro comercial, y compensar la pérdida de margen en los juguetes con las mayores ventas en otros productos. Si es así, eso significa que los consumidores, en su conjunto, no se están beneficiando de los menores precios: Lo que dejan de gastar en juguetes, lo gastan en otros productos.

Pero existe otra respuesta más inquietante: Más de la mitad de las ventas de las jugueterías se realizan durante las Navidades. Estas tiendas no pueden vender a precio de coste, por qué no tienen otros productos con los que compensar esos “no beneficios”. Esos pequeños comercios necesariamente han de tener unos precios mayores a los de Carrefour, justamente en el momento que han estado esperando durante todo el año. El resultado será que muchas tiendas tendrán que cerrar.

Esta es “la competencia” que desea la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (
ANGED), cuando su presidente escribe en la introducción a su informe anual del 2004:

“...el concepto erróneo de que la restricción de competencia puede garantizar la continuidad de los (pequeños) establecimientos...”


Ya vemos cuan erróneo es el concepto, la realidad es que la gran distribución utiliza las reglas de la competencia para acabar con el pequeño comercio
.

Y en Francia, el referente europeo de las grandes superficies, tenemos un claro ejemplo de lo que sucede después de acabar con un sector de tiendas: En el caso de las librerias, después de dominar el mercado y acabar con los pequeños libreros, los precios han vuelto a subir. Ahora el mercado está dominado por muy pocos jugadores.... pero debemos estar contentos: Es el resultado de la sacra competencia.


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Comentarios previos sobre este tema: Pecados de las grandes superficies - Una razón por la que la Gran Distribución es eficiente